3 de noviembre de 2009

Reflexión bajo el clima de otoño

De pronto miré a mi alrededor y me di cuenta de que las mujeres somos quienes ponemos la parte bonita y estética a la vida.

Llenamos todo de color y vida, sabemos apreciar los colores, las formas, aprovechar los espacios. Convertimos en intimidad hasta lo más simple con un detalle mínimo. Utilizamos luces, cuadros, telas, texturas, estampados para apropiarnos de los lugares y que sean un reflejo de nuestra propia alma.

Imaginé de pronto una casa sin mujeres y todo parecía gris, triste, sin vida, no necesariamente sin un orden, pero hacía falta alegría, luz… no creo que los hombres no tengan un sentido de la estética, es sólo que no lo valoran igual que las mujeres. Es sólo que no lo valoran hasta que no tienen una mujer a su lado y la pierden…

3 de septiembre de 2009

¿Negación o aceptación? yo diría más bien Contradicción

¿Por qué algunas lesbianas pierden todo el sentido de su femineidad e intentan a toda costa parecerse a un hombre en su aspecto físico?
Empiezo con esta pregunta porque no logro entender por qué si en estos tiempos hay mayor apertura en cuanto a manifestar libremente las preferencias sexuales, algunas lesbianas transitan por las calles de nuestra ciudad ocultando sus pechos detrás de camisas sumamente holgadas, escondiendo las líneas de su cintura y sus caderas con pantalones que no les hacen ninguna forma. He notado también que pierden la gracia al caminar y no demuestran la menor delicadeza en sus movimientos.
Aclaro que esto es mera percepción, en realidad no pretendo expresar juicios de valor negativos hacia las mujeres con preferencias sexuales distintas a las mías, ni críticas negativas u ofensivas que denigren su integridad. De antemano pido disculpas si alguien se siente ofendido, no es mi intención que así sea.
Tampoco tiene que ver con la igualdad que plantea el feminismo, pues soy más partidaria de la equidad, ya que por naturaleza humana, somos diferentes no sólo en el aspecto físico, sino también en cuanto a capacidades y habilidades. Para mi se entiende mejor cuando pienso en hombre y mujer como un complemento más que en opuestos (no me estoy limitando sólo a la condición de género, sino que hago referencia a roles dentro de una pareja) .
Para mi no hay nada más hermoso que el cuerpo femenino, sin importar su voluptuosidad, ya que por naturaleza, es atractivo. Es verdad que la sensualidad no representa ninguna habilidad, sino que se manifiesta de manera natural, pero también es cierto que toda mujer es capaz de explotarla, aún siendo homosexual.
¿Qué encuentra de satisfactorio una mujer en asumir la apariencia de un hombre?
En lo personal, considero que el hecho de sentirse atraída hacia otras mujeres, no debe implicar adoptar formas de vestir o de actuar como hombres, menos cuando ha habido una lucha en contra de la discriminación y los derechos de los homosexuales. Desde mi punto de vista, hacerlo representa utilizar un disfraz para ocultarse a sí mismas, lo cual resulta contradictorio en relación con aquello por lo que están luchando.
Reconozco que aún hay cerrazón en este sentido, pero lo que intento plantearme es: ¿por qué estas mujeres adoptan una imagen masculina, alejándose de su naturaleza femenina o renunciando a ella?. Me parece que finalmente la naturaleza es la que determina su homosexualidad y por lo tanto, no se puede ir en contra de ella.
Se dice por ahí que las mujeres buscamos siempre competir con otras mujeres, que nos arreglamos para ellas, para que nos admiren o para que nos envidien. Opinión que en lo personal no comparto, pues considero que una mujer que cae en este tipo de acciones, no está alimentando su propia femineidad, sino la de otras mujeres, quedándose cada vez má vacía de sí misma.
Pero si esto fuera cierto, entonces me surge la siguiente duda: si las lesbianas intentan generar que otras mujeres se enamoren de ellas ¿no se supone que deberían prestarse más atención y procurarse para lucir hermosas para lograr atraer a otras mujeres? Me parece una gran contradicción que estas mujeres busquen parecerse a un hombre para que otras mujeres se fijen en ellas.
Posiblemente estoy cayendo en la frivolidad, pero como lo dije anteriormente, esto sólo es mi percepción.

1 de septiembre de 2009

Hechicera

Mujer que no te das cuenta de tu poder, de tu magia, de tu atracción. Eres esencia, autenticidad, única entre todas las que transitan por ahí, por el mundo buscando ser y parecer, estar a la moda, mostrarse, definirse, reafirmarse.
Tú sólo eres, tienes un gran imán, te renuevas, cambias de piel para sentirte nueva, rejuvenecida. Eres luz, eres un camino con los paisajes más hermosos, campos amplios, verdes, aire fresco donde uno reposa, donde uno sólo es.
Eres movimiento, energía, magia... no te quieres dar cuenta de eso.
Todo representa incógnita, misterio, eres curiosa, cautelosa, te sientas a resolver el mundo desde tu sillón y frente a una bola mágica. Casi nunca te equivocas cuando se trata de intuición... no te gusta vivir engañada.
Eres un as de luz que atrae con una belleza y sensualidad mágica, inesperada, y en ocasiones impenetrable. Eres adorable, real, y al mismo tiempo lejana e inalcanzable, eso radica en saber lo que quieres y lo que mereces.
Te dedicas tus propios placeres para disfrutarlos mientras llega alguien con quien los puedas compartir... y va a llegar, seguro va a llegar.
Alimentas tu femineidad día a día con detalles, con estar pendiente de ti, cocinando pensamientos para que las cosas sucedan tal y como las concibes en tu mente, el ingrediente que pone el toque ideal: sólo una pizca de corazón, es lo que da pie a las fantasías.
Caminas por la calle con seguridad hilando ideas que llegan una tras otra convertidas en rosas rojas, el movimiento de tus caderas, tu cadencia al caminar roba miradas que percibes pero a las que no prestas atención... eres tú, es tu momento.

11 de agosto de 2009

La gran mentira

Nunca esperé sentir lástima por la gente y menos por una persona cercana a mi. Por lo regular, procuro evitar este sentimiento analizando las razones por las cuales un ser humano podría comportarse en cierta manera o atravesar por momentos difíciles y más allá de la lástima, sentir ira, alegría o sólo indiferencia por su condición,.

Tampoco esperé llegar a sentir lástima por alguien que en algún momento de mi vida admiré o que me acompañó en lo que fueron las etapas más felices y al mismo tiempo más cruciales de mi existencia.

Llamó por teléfono un domingo casi a la media noche, lloraba desesperada, apenas y le entendía lo que intentaba decirme entre lágrimas y sorbiéndose los mocos. Hacía casi un año que había tomado la decisión de alejarme de ella por haberse convertido en una de las personas que no aportan nada positivo a mi vida.

Guardé su recuerdo en lo que llamo "el baúl de los olvidados" para no volver a manchar la bonita imagen que podía recuperar de mi memoria dejando de lado las malas experiencias que terminaron por deteriorar nuestra amistad. Crecimos juntas, nuestras maneras de pensar y de ver la vida eran muy similares, como lo eran también nuestras soledades. Siempre nos llevamos bien, hasta que la envidia, la competencia mutua y las malas intenciones se apropiaron de nuestras personalidades junto con la madurez que se supone debe traer consigo la edad.

Comenzamos a ir por caminos muy diferentes, tanto, que terminaron por abrir un abismo interminable entre nosotras, cada vez que intentábamos retomar la amistad, era peor, su presencia para mi resultaba insufrible, ni siquiera teníamos ya la capacidad para comunicarnos mutuamente.

Le dije que podía llegar a mi casa para platicar del rompimiento con su novio de muchos años, al que supuestamente amaba y adoraba con toda su alma, pero que al final, sólo le servía como un escudo más para herir y pisotear a los demás como usaba cualquier experiencia bonita que ocurría en su vida.

Recuerdo que en algún momento me dijo que no le gustaba que yo fuera amiga de su novio y que le molestaba infinitamente porque creía que yo la iba a traicionar. También me dijo que no toleraba en absoluto que los amigos del chico me tuvieran en muy buen concepto, que me aceptaran en su grupo y que constantemente estuvieran al pendiente de mi. Al parecer, a esas alturas ya no soportaba absolutamente nada que tuviera que ver conmigo. Esto y otras cosas, resultaron las razones por las cuales decidí alejarme de ella, creo que una amiga no puede llegar a odiarte a ese grado.

Llegó a casa en un estado de ebriedad tal, que se reía sola y lloraba al mismo tiempo, cuando abrí la puerta, no di crédito a la manera tan exagerada en la que había subido de peso y lo descompuesta que estaba. Se había abandonado completamente, nunca fue una persona que se preocupara demasiado por su cuidado personal, pero había llegado a tener tanta obsesión por mantener un estilo de vida sano, que incluso se volvió vegetariana. Ahora no quedaba ni una pizca de esa persona.

Como era natural para mi, preferí no hacer ningún comentario al respecto, estaba suficientemente destrozada como para darle el tiro de gracia. La pasé hasta mi habitación para que se pudiera desahogar sin tener la presión de medirse por la presencia de la amiga con la comparto la casa. Lloró sin poder detenerse por un largo rato, decía cosas sin sentido pero no hablaba de la experiencia que supuestamente acababa de ocurrir y yo la dejé llorar sin presionarla para que me contara.

Cuando la noté un poco más tranquila, me atreví a preguntar y fue como si le hubiera expresado el peor de los insultos, se salió de sus casillas y comenzó a culparme por todo lo malo que ha pasado en su vida, especialmente por su soledad. Mientras la escuchaba hablar y decirme que nunca me iba a perdonar, yo sólo podía repetir para mi misma -tenías que tocar fondo para darte cuenta de que si nadie quiere estar cerca para ti, es porque la del problema eres tú, no todos los que te rodeamos- pensaba que al fin había llegado el momento en el que ella iba a poder cambiar, a corregir sus errores e intentar ser una persona feliz, pero estaba completamente equivocada.

Tras escuchar cualquier cantidad de insultos y falsas acusaciones en mi contra, me di cuenta con mucha tristeza, que aquella idea sobre su cambio, era sólo una esperanza para mi, pues terminó gritándome con tal furia, que cayó en el ridículo, parecía que era la bruja mala de un cuento como Cenicienta o Blanca Nieves gritaba -no me importa que todos me odien por quererlos tanto y hacer cosas buenas por todos ustedes, al final, yo me voy a reír de todos-. Por un momento tuve que respirar hondo y contener mi carcajada, pero al comprender sus palabras, entendí con tristeza que esa frase terminó con cualquier esperanza de reanudar la amistad entre nosotros -jamás las cosas volverán a ser como en nuestra infancia- pensé con una profunda tristeza.

Empezó a gritar y a acusarme nuevamente después de un ataque de llanto que no podía controlar y cuando volvió a quedarse callada, me pidió que le diera una explicación sobre por qué me había alejado de ella, lo cual había intentado varias veces con anterioridad, pero todos mis esfuerzos fueron en vano. No acostumbra ser una persona que escuche a los demás, menos cuando se siente herida al escuchar la verdad sobre sí misma. Creo que esta sensación todos la hemos tenido, pero ella no acepta críticas, ni aún viniendo de su madre.

Le dije que me daba una hueva infinita volver a ese tema, habían sido ya tantos intentos fallidos, que la verdad es que prefería evitar un nuevo enfrentamiento. Pero al parecer, esto hizo que se exaltara más, comenzó a gritar de nuevo y a insultarme diciéndome que era una cobarde por no querer pelear con ella, la verdad no creí que esa plática tuviera algún sentido, siempre me ha parecido obvio el hecho de que si una persona no quiere volver a hablar contigo, es porque ya no tiene nada que compartirte o simplemente porque necesita distancia.

No dejaba de repetir esa palabra y de pedirme a gritos que la insultara, que la mandara a chingar a su madre, literalmente, que quería escuchar de mi propia boca que no quería saber nada más de ella, que le aventara algo, algún objeto. Intentó violentarme mil veces hasta que me hartó, no suelo responder a la violencia, por lo general, prefiero hablar con la gente, decirle lo que pienso y el por qué de mis enojos o alegrías. Suelo ser una persona ecuánime, confío en la franqueza y en la honestidad, no le di el gusto de exasperarme.

Respiré profundamente y le expliqué que no encontraría lo que estaba buscando, que yo no acostumbraba pelear a gritos y madrazos, no cre que sea la mejor forma de resolver las cosas. Le pedí que moderara su tono de voz y su forma de dirigirse a mi, que estando en mi casa, nadie tenía el derecho de gritar porque ahí la gente habla, se entiende e intercambia cosas con sentido, que las reglas son no pelear, sino llegar a acuerdos, a respuestas.

Se molestó tanto, que comenzó a imitarme, hizo uso de todo su sarcasmo y más, para poder dirigirse a mi "con respeto", empezó a dar vueltas y vueltas sobre una misma idea hasta que consiguió sacarme de mis casillas, me levanté de la cama y le dije que era suficiente:

-no vas a encontrar lo que veniste a buscar, ya te lo dije y como no vamos a llegar a nada, porque nunca llegamos a nada, te pido que te vayas de mi casa en este momento, no tienes nada que hacer aquí, no eres una persona que aporte nada positivo a mi vida y por lo tanto, no te quiero en mi vida, véte, en este momento, te pido que te vayas-

Me miró confundida, su expresión me dejaba ver que no distinguía si hablaba en serio o sólo estaba bromeando, me miraba como esperando a que le dijera que no era cierto lo que acababa de pedirle, pero yo no juego en ese tipo de situaciones, no soy agresiva cuando pido cosas así, pero hablo muy en serio. Ella no lo podía creer, no daba crédito a lo que acababa de escuchar, comenzó a gritarme que no se iría y no se levantó de mi cama, estaba aferrada a ella como esperando a que yo tuviera a bien levantarla, pero quise evitar cualquier tipo de contacto para no provocar ningún enfrentamiento.

Al darme cuenta de que su terquedad también iba en serio, abrí la puerta y le llamé a Sus, mi roomate y le pedí que me apoyara para correrla de la casa, que se lo había pedido un par de veces, pero que no accedía a irse. Al ver esto, se levantó de inmediato y me dijo -¿Qué, me vas a echar a Susana? ¿no puedes tú sola conmigo? ay, pobrecita-

Me irritó tanto su actitud, que le contesté que sí, que esa era casa de las dos y que si lo que ella necesitaba era que Susana le pidiera irse, pues que recurriría a ella, Susana me apoyó, le pidió que se fuera y entonces ella entró al baño, se tardó demasiado tiempo mientras mi amiga y yo nos reíamos en silencio, especulando sobre su tardanza en el baño y lo que pasaría si decidía quedarse ahí adentro sólo por molestarme. Le pedí que la acompañara a la puerta, pues yo no quería volver a saber de ella y accedió amablemente.

Continuábamos especulando sobre llamar a la policía o a sus padres, cuando salió del baño, se paró frente a mi pero muy cerca de mi habitación y me pidió que habláramos cinco minutos más a lo que yo respondí con voz firme mientras cargaba a mi perro y le acariciaba la cabeza -no más, quiero que te vayas en este mismo momento-. Se enojó tanto que tomó sus cosas, salió acompañada por Susana y antes de cerrar la puera de la casa, me miró y me dijo -sólo quiero que sepas que por mi, te puedes ir a Chingar a tu madre...

La miré a los ojos mientras me lo decía y sólo emití una leve sonrisa después de escuchar lo que acababa de decirme, no sé por qué no me extrañó que dijera algo así. Será que en el fondo siempre conocí su naturaleza baja y pobre, falta de criterio y sumamente vulgar, sólo que nunca esperé a que las cosas terminaran así entre nosotros.

Muchas veces escuché a varias personas pedirme que me alejara de ella, que era una amistad nociva, que había demasiada envidia de por medio en lo que aparentaba ser un cariño tan protector, que sentía que me asfixiaba. Con el tiempo entendí que sus "temores" a que yo sufriera o tuviera "malas experiencias" no eran más que odios y envidias por querer vivir y sentir lo que me pasaba a mi.

Nunca fue una persona agraciada ni físicamente, ni en su forma de ser, la gente no la aceptaba tan fácilmente y las personas más cercanas a mi, por lo general la veían como una mujer repulsiva, ahora entiendo que es porque me quieren y veían en ella una amenaza hacia mi. No les gustaba que estuviera a mi lado porque no me traía nada bueno.

En fin, me da tristeza que una supuesta amistad de tantos años haya terminado tan miserablemente, nunca esperé correr a alguien de mi casa y mucho menos que fuera ella, la persona que me acompañó durante años y años a lo largo de mi vida... y ahora entiendo que todo fue una gran mentira.

7 de agosto de 2009

Palabrería...

Hace unos días, publiqué en mi facebook que me cagan las personas que utilizan anglicismos para todo y los sostengo. Estoy de acuerdo con el hecho de que el desarrollo tecnológico nos ha obligado a utilizar términos para definir conceptos relacionados principalmente con los medios electrónicos y de alguna manera, nos hemos visto forzados a tener que incorporarlos a nuestro lenguaje debido a que en muchas ocasiones, no existe una traducción para ellos o que al ser traducidos a otro idioma, resultan faltos de sentido.
Aún así me parece que últimamente hay quienes han abusado del uso de los anglicismos para expresarse -¿moda? ¿cliché? ¿querer demostrar pertenencia?- no sé...
Finalmente el propósito de esta entrada no es profundizar en las razones; por el contrario, es la de crear una sección en donde expongo mis propios usos de las palabras que sé que aunque no son del todo correctos, por lo menos es más divertido y disfrutable porque aún así, siguen siendo en español o sarcásticamente en otros idiomas.
Quisiera aclarar y lo hago porque algunas personas seguro no estarán de acuerdo conmigo, que no estoy en contra de practicar y acercarse a otros idiomas, pero es muy diferente aprenderlos por un interés cultural, a utilizarlos para sentirse "muy acá" como creo que sucede con la gente sobre todo de mi generación.
Este hecho es en particular lo que más me molesta, como me molesta la gente que ha vivido en otros países del mundo y regresa a México renegando de nuestra cultura y elevando las otras que ha tenido la oportunidad de conocer, para esconder la frustración de no haber podido quedarse allá.
A continuación, enlisto lo que he llamado "gabylismos" y que no son más que mis formas muy particulares de apropiar el lenguaje. Es preciso señalar que por el momento es demasiado corta, pero que a medida que vaya encontrando diferentes formas de usar las palabras, se ampliará:
Desconfiable
Bitchen (que según yo es como bitch pero en alemán)
Cochicerdo
Wey
Enjuro (es algo como "conjuro")
Me agrada el lenguaje "mauriciano" (en honor a Mau)

6 de agosto de 2009

La esencia de un músico

Para todos los músicos que llenan mi vida...
Leyendo un artículo sobre "las leyendas del rock" de los años 60 entendí que la música no es sólo un medio de expresión, va más allá de eso. Es un estilo de vida y al mismo tiempo, una forma de entenderla, es comunicación, ideología y a al mismo tiempo, identidad. La música, elemento para el disfrute de las personas en general, no se reduce al instante en el que uno escucha, es tan amplia como su varidead de estilos y géneros. Los músicos no hacen música sólo para divertir a otros, y menos aún aquéllos que han estudiado, que tienen creencias y valores bien fundamentados en todo un bagaje cultural y social. Se ponen a sí mismos en situaciones que les permiten conocer el mundo y a la gente desde su intensidad para después comunicarlos con su voz, sus manos, su aliento y su cuerpo. Son personas en extremo sensibles a quienes en muchos casos, la vida les representa un dolor eterno, pero al mismo tiempo, la mayor felicidad, siempre y cuando puedan estar en contacto con el mundo a través de su trabajo, lo más valioso que tienen.
Conozco a muchos músicos y hasta hoy, no terminaba de entenderlos, pues su estilo de vida es completamente distinto al mío, aunque no así su forma de pensar, de entender la vida, de adentrarse y asumir sus sentimientos. Me gusta verlos tocar sus instrumentos porque tal cual, son una extensión de su corazón.
Admiro verlos con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos vibrando junto con la música amplificada en el lugar en el que se presentan. Su conexión no es con su público, el momento de tocar es estar en contacto con el alma, con su ser interior, por eso son apasionados, buenos amantes, susceptibles.
Son personas excesivamente vulnerables a lo que pasa a su alrededor.Por eso se les mira siempre serenos, callados y distantes. No por temor a que algo los lastime porque viven con el corazón abierto, sino porque constantemente observan y escuchan, no sólo con sus ojos, ni sólo con sus oídos, sino con la piel. Cualquier cosa representa para ellos una exaltación de sus sentimientos. Siempre prestan atención en los más mínimos detalles porque para ellos representan los más profundos sentimientos.
Son personas sencillas que disfrutan de los momentos y experiencias de forma muy distinta a otras personas. Diría que no caen en convencionalismos, pero hasta en su mundo hay patrones establecidos. Manejan códigos propios que sólo otros músicos pueden leer. Son seres que transitan y conviven con los demás, pero cuyas mentes y corazones habitan en una realidad donde los sonidos, las partituras y las métricas son su lenguaje traducido en música, en la misma música que se transforma en recuerdos y experiencias para otros.
Es un mundo aparte al que sólo pueden tener acceso quienes en mayor o menor medida, comprenden este lenguaje, mismo que explican y comparten a los que manifestamos un gran interés por conocer.
Sólo que hay algo muy cierto en todo esto, uno puede admirar a un músico, ser un gran conocedor, pero jamás podrá ser uno de ellos, cuando se es sólo espectador, aunque ellos digan que cualqueira puede hacer música, lo cual para mi es algo difícil de creer, pues no todos tenemos el don de la sensibilidad.
Creo que todos estamos hechos para algo, pero no cualquiera puede ser músico. Este post no es más que un reconocimiento con gran respeto y admiración a los músicos, es un agradecimiento por ser los mejores compañeros durante la vida cotidiana.

Humor del día: completamente hormonal

Son las 9 de la mañana y ya estoy harta

Apenas son las 9:30 de la mañana y ya necesito un trago

Padeciendo los estragos de la sobredosis de cafeína, pero ¡¡¡NECESITO más!!!

No soporto cuando P empieza a actuar como si fueral el centro de atención, es así de -niñita, ya bájale, tú no eres el centro de atención, el centro de atención soy yo!!!!-